sábado, 22 de septiembre de 2012

UN NUEVO TROPIEZO


En una fría noche de primavera se enfrentaron por una nueva fecha del torneo de la Primera B Metropolitana, Estudiantes y Defensores de Belgrano. La cita fue en el estadio Ciudad de Caseros, donde se veían las caras 2 equipos necesitados de puntos para mejorar sus pobres desempeños en el campeonato. La gente fue llegando de a poco, incluso con el encuentro ya comenzado.
En el primer tiempo se observaron varias situaciones claras de gol (en ambos arcos), más de las que se venían dando en los arranques de los encuentros disputados por el Pincha como local. El primero en golpear fue Defensores cuando corrían 13 minutos, abriendo el marcador con un claro penal, del cual mucho no se puede discutir. Gabriel Pereyra fue el encargado de la ejecución, eligiendo el palo izquierdo del arquero Martín Ríos, mientras éste se tiraba hacia su derecha. Rápidamente pudo aumentar la diferencia la visita con un mano a mano, en el cual, en esta ocasión, no pudieron vulnerar al arquero y capitán local. Estudiantes contó con sus chances para empatar el partido, dentro de las cuales se destacaron 2 situaciones del delantero Abel Soriano (todavía peleado con el gol), una de media vuelta y la segunda de cabeza, ambas muy cerca del palo izquierdo del arco de Defensores.
No faltó lugar para las polémicas. Por un lado, el juez del encuentro no cobró un penal a favor del Pincha por una mano en el área rival, mientras que por el otro, Sosa pudo haber sido expulsado por la misma causa, ya que se encontraba amonestado. Sobre el final de la primera mitad, Martín Ríos, con una brillante atajada, de esas a las que ya nos tiene acostumbrados, evitó el segundo gol de Defe una vez más.
Para el complemento, Nardozza optó por un planteo más ofensivo, mandando a la cancha al delantero Figueroa en lugar del defensor Zavaleta, de muy floja actuación, reprobado por la gran mayoría de los hinchas locales. Estudiantes pasó a defender con 3 hombres y a atacar con la misma cantidad. La visita, por su parte, se mostró conforme con el resultado parcial, dejó de jugar de igual a igual y se plantó firme en el fondo, buscando aprovechar algún contraataque. El desarrollo del juego se tornó mucho más trabado e impreciso, sin claras situaciones de gol, más allá de la mayor posesión de pelota por parte del Pincha. Buscó otra alternativa el técnico local con el ingreso de Pablo Ruíz por el sector izquierdo del ataque, sin embargo, una vez más, el Mudo no pudo cumplir con las expectativas puestas en él.
Estudiantes no le encontraba la vuelta a la defensa del Dragón y, por si fuera poco, en el único ataque hasta ese momento del segundo tiempo de la visita, Lo Bianco puso el 2 a 0 que parecía que sentenciaba el encuentro. Sin embargo, rápidamente el local se volvió a meter en el partido, gracias a un penal (bien cobrado por el juez de línea) ejecutado con clase y personalidad por Roberto Armúa.
Sobre el final, el Pincha fue por el empate, más con voluntad y empuje que con ideas claras y juego asociado. Debido a dicha actitud, comenzaron a surgir espacios en la defensa que buscaron aprovechar los delanteros rivales. Dos veces Ríos salvó lo que hubiera sido la tercera caída de su valla, la cual llegó en tiempo de descuento, con un fuerte disparo de Leonardo Roda desde el borde del área.
Estudiantes perdió así su invicto como local en el torneo y continúa lejos de los puestos de vanguardia. La gente mostró su descontento con silbidos e insultos hacia los jugadores durante y al final del encuentro. El próximo rival será Chacarita, en un encuentro que no será uno más, conocida la rivalidad entre las hinchadas. Veremos si el Pincha puede revertir la imagen dada este viernes y tomar así impulso para empezar a crecer en la tabla y volver a soñar con el ansiado ascenso.

Por Diego Torrado.

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