Entrega, sacrificio, ganas, buenas intenciones. Estudiantes tuvo abundancia de eso, pero le faltó lo más importante: jugar bien. Pese a dejar una mejor imagen que en sus últimas presentaciones, el equipo de Salvador Pasini careció de ideas para capitalizar en el arco de Nueva Chicago algunos de los acercamientos con los que contó. Por eso, aunque mereció más, sólo le alcanzó para empatar 1 a 1 en un estadio Ciudad de Caseros que todavía no conoce lo que es ganar en horario nocturno.
Al Pincha le sobraron energías desde el inicio del encuentro, pero -casi- nunca tuvo el último pase, el decisivo, esa habilitación necesaria para que le llegue limpia a sus delanteros, Cristian Yassogna y Andrés Montenegro, que buscaron e insistieron siempre, corrieron todas y pelearon hasta el cansancio contra los defensores rivales. La única que le quedó al '9' fue producto de una maniobra individual, luego de una ráfaga en la que se iluminó Germán Scamporrino y le puso una buena pelota para que el Lobo se acomodara y clavara el empate.
Al margen de esa jugada, el local volvió a mostrar un serio vacío en la creación y en la más que necesaria conexión entre el mediocampo y el ataque. Pasini le dio esa responsabilidad a Scamporrino, pero su rendimiento concluyó como había empezado: muy bajo. El Chino no comenzó preciso, pero en el inicio del complemento levantó su nivel y metió la ya mencionada habilitación para Montenegro. No obstante, se apagó definitivamente en el último cuarto de hora, cuando el equipo más lo necesitaba. Y el Pincha sufrió su ausencia.
A pesar de que el juego de Estudiantes sigue sin ser el que su gente y su DT quieren ver, ante Chicago hubo algunos -escasos- destellos de interesantes combinaciones y subidas por los carriles, por donde fueron Guillermo Santana -por derecha- y Gastón Montero. Los laterales tuvieron algunos encuentros positivos con Nahuel Pansardi, Yassogna y compañía, que permitieron evitar, por algunos pocos momentos, la tendencia del pelotazo para que Montenegro la aguante de espaldas y busque la falta cerca del área rival.
Con sólo eso, el Pincha se adueñó del partido y buscó el gol sin cesar. Pero lo de la visita fue tan flojo como efectivo y por eso, con un zapatazo larga distancia de Julio Serrano -que picó y le hizo fallar en los cálculos a Martín Ríos-, consiguió una ventaja inmerecida, quizá ni siquiera imaginada por los propios jugadores de Chicago. En 66', los de Mataderos se ponían 1 a 0.
El Matador asimiló de la mejor manera el golpe y fue inmediatamente a buscar la igualdad. Y la encontró rápido, siete minutos más tarde, por medio de Montenegro, que recibió en el sector
izquierdo del área grande una perfecta habilitación cruzada de Scamporrino, que el goleador no desaprovechó: la bajó, la acomodó para adentró y sacó el latigazo derecho que se metió en el ángulo inferior izquierdo del arquero Agustín Gómez.
Tras el empate, Estudiantes intentó ir por los tres puntos, pero debió conformarse con el 1 a 1 que no lo conformó y lo dejó a una lejanía demasiado extensa de la cima de la tabla, liderada por Brown (A) con 18 unidades (nueve más que el Pincha). Al Tano se le vienen dos partidos decisivos para él, para su equipo y, tal vez, para su futuro. Primero, ante Tristán Suárez y después, el clásico, en Caseros, ante almagro.
Gentileza:
Caseros Pincha